lunes, 13 de septiembre de 2010

EVANGELIO DE SAN LUCAS,13/09/10.-EL CENTURIÓN:¡SEÑOR YO NO SOY DIGNO!.Y DEVOCIÓN MARIANA A NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS.

HOY SE DEVOCIONA A NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS.
EL DOMINGO CINCO DE ESTE MÉS ,EN RÁBADE ,UN PUEBLO DE LUGO,PARROQUIA DE BEGONTE,EN PLENO CAMINO DE SANTIAGO,EN UNA PEQUEÑA Y BUCÓLICA IGLESIA EN MEDIO DE LA CAMPIÑA LUCENSE DONDE TAN PRONTO UNO SE SORPRENDE CON LA VISTA DE UN CIERVO...,OÍMOS MISA Y COMULGAMOS ,TRÁS CONFESAR EL DÍA 3 EN LA CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA Y ORAR EN SU CAPILLA DE SANTA ELENA DONDE ESTABA EXPUESTO EL SANTÍSIMO,CUMPLIENDO ASÍ EL PRECEPTO DE HACERLO DENTRO DE LOS 15 DÍAS SIGUIENTES A LA VISITA A LA CATEDRAL. Y DEDICAR LAS INTENCIONES POR EL PAPA,BENEDICTO XVI,NECESARIOS PARA GANAR EL JUBILEO Y SU INDULGENCIA PLENARIA.
EN DICHA IGLESIA DE LA SEÑORA SE VENERA A NUESTRA SEÑORA DE LOS MILAGROS,
QUE HOY SE DEVOCIONA Y QUE RECIBIRÁ EN ROMERÍA MULTITUD DE FELIGRESES PROCEDENTES DE TODA GALICIA Y ALREDEDORES,DADA SU FAMA Y DEVOCIÓN.
A DICHA IGLESIA NOS LLEVARON EN UN PEQUEÑO TODO TERRENO,SUZUKI,NUESTROS AMIGOS CRIS Y SUSO,VECINOS DE LUGO,VERANEANTES EN CARRAL.QUE TUVIERON A GALA ACOMPAÑARNOS.A LOS QUE ESTAMOS NUY AGRADECIDOS.

EVANGELIO DEL DIA¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
lunes 13 Septiembre 2010
Lunes de la XXIV Semana del Tiempo Ordinario
Hoy la Iglesia celebra : San Juán Cisóstomo, Congregación de la Causa de los Santos: Fray Leopoldo, Devoción Mariana: Nuestra Señora de los Milagros .
«Señor, yo no soy digno»
Evangelio según San Lucas 7,1-10.
Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaún. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho. Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: "El merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga". Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos amigos: "Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo -que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes- cuando digo a uno: 'Ve', él va; y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: '¡Tienes que hacer esto!', él lo hace". Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe". Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

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