domingo, 15 de febrero de 2015

Fallecimiento del Sargento saharaui Brahim uld Burhui del ejército español,


Ante el fallecimiento del Sargento saharaui Brahim uld Burhui del ejército español, reproducimos artículo que recuerda la lealtad y el amor a España de este soldado que representa a muchos saharauis que no han renunciado a su historia española.Al hilo de los episodios de la Guerra de Ifni, me he encontrado con esta narración que, me parece de interés. A mí por lo menos me ha llamado la atención. Bonita y bien contada, digna de una historia de Kipling.
INCIDENTE DE TICHLA
El 2 de Septiembre se cumplió la orden de evacuar a la tropa europea de los puestos del interior, Gómez Zamalloa se resistió todo lo que pudo, pero una comunicación urgente del Estado Mayor Central lo obligó a acatar las órdenes sin rechistar. Tan Tan, fue evacuada por vía aérea el día 3 de septiembre, Smara lo fue por vía terrestre, por un convoy de 5 vehículos. Quedó en el puesto, sólo un sargento y 10 askaris.
Por cierto, según se supo años después, una partida del EL, había preparado una emboscada contra el convoy en la pista que unía Smara y el Aaiun, justo en el cauce del Saguia Hamra.
Las fuertes lluvias caídas en el Sahara, no llueve casi nunca, hicieron que la columna tomara otra ruta.
La Tropa indígena, que hasta ese entonces se había mantenido por lo general leal a España, sufrió un tremendo desencanto, un verdadero mazazo, los puestos fueron abandonados. A la tropa indígena no le quedo otro remedio que, desertar antes de verse rodeados por las bandas del EL, todo el interior del Sahara quedó en poder de las Bandas. Entre los mandos españoles la desilusión era tremenda y aquí viene a colación, lo que se conoció como en el incidente de Tichla.
El Comandante del Grupo Nómada de Villa Cisneros y a la vez Delegado del Gobierno, Comandante Troncoso Palleiro, en un vuelo de reconocimiento en un Ju-52, observo que sobre el puesto de Tichla, aún ondeaba al viento la Bandera Española, cosa que no pasaba en ningún otro.
Al Comandante, el ver la bandera ondeando, le tocó en lo más íntimo y ordenó al piloto del Ejercito del Aire, aterrizar.
El piloto, un Teniente, se negó, sus órdenes eran estrictas, pero el Comandante le recordó su grado militar, aún así el Piloto se negó, según las ordenanzas, en un transporte tanto aéreo como naval el mando lo tiene su comandante, sea cual sea la graduación del pasaje. Troncoso alegó entonces su condición de Delegado gubernativo, representante del Gobierno y el piloto cedió o le pasó lo mismo, se emocionó, pero advirtiéndole que no podía parar motores y que tenía solo unos cuantos minutos.
Al acercarse Troncoso al puesto, se encontró al Sargento Brahim uld Burhui, con sus 10 askaris formados y dando novedades.
Troncoso les metió prisa, tenían un momento para recoger el equipo y la munición y subir al Junkers, con órdenes o sin órdenes no los iba a dejar tirados.
El Sargento Brahim lo comunicó a sus soldados, pero le hizo saber al Comandante que no se podían ir de esa manera:
-Como que no, hay que irse ahora mismo, Brahim, me la estoy jugando para poder evacuarte.
Hay que arriar antes la bandera, mi Comandante, como es debido. ¿Da su permiso para disparar una descarga de fusilería?, no tengo corneta.
A Troncoso se le nublaron los ojos por esta lección de lealtad a España y la impagable lección de grandeza militar del sargento saharaui, aunque él no se quedó atrás, se jugó su carrera por sus hombres. Esta era una de las historias cuarteleras del Sahara, hace ya 30 años.
Pero es una historia bellísima de lealtad por ambas partes, compañerismo y disciplina militar. Lo que se conoció como incidente de Tichla, tuvo sus consecuencias para el futuro. El General de División que mandaba la Zona Aérea puso el grito en el cielo y pidió un Consejo de Guerra. Zamalloa se puso de parte del Comandante y no solo no lo arrestó sino que lo felicitó, el Capitán General se vio obligado a hacer lo mismo y el tema se enquistó entre ambos Ejércitos. Se puso tensísima y difícil la relación entre el Ejército y la Fuerza Aérea, la cosa llegó hasta los ministerios, con cada cual apoyando a sus hombres.
Ejemplo de lealtad... a España del Sargento saharaui Brahim uld Burhui .

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