Buenas tardes: Quería adelantarme a las felicitaciones que puedas recibir en las próximas horas y a la cena de Nochebuena ―si es que tienes la suerte de poder celebrarla―, para desearte, en nombre de los que formamos InfoVaticana, una muy feliz Navidad. Esta va a ser una Navidad extraña en un año también extraño, posiblemente el más raro de lo que llevamos de vida. Quién nos iba a decir, por ejemplo, que íbamos a estar varios meses sin poder ir a misa; algunos, de hecho, no podrán hacerlo estos días. Quizá esta situación, al tener que despojarnos por la fuerza ―las restricciones de las autoridades y esas cosas― de muchas cosas a las que estábamos acostumbrados estos días, nos haga acercarnos más al misterio. El renunciar a ver a miembros de la familia a los que, en muchos casos, tan solo veíamos estos días, el abstenerse de viajar o de muchas formas de ocio, pueden, al fin y al cabo, ayudarnos a enfocar más el tiro. Tenemos la opción de vivir estos días con frustración y resquemor ante unas medidas que consideramos incómodas o injustas o, por el contrario, verlo como una oportunidad para huir del ruido; que, quitada la carcasa, nos quedemos con la esencia: la locura de la Encarnación. No te molesto más. Disfruta con los tuyos esta noche. ¡Feliz Navidad! |
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