CUCULLO Y SU PADRE
Don José Jofre Maristany
HABLAR FERROLANO A TODO FILISPIN.
Os voy a contar un detalle.
El término "cucullo" es propio y exclusivo del habla ferrolana. Esta palabra tan nuestra se utiliza para referirnos a un niño mal criado y consentido.
Como el habla ferrolana se caracteriza, al igual que sus usuarios, por desenvolverse en un perfecto estado de equilibrio entre la experiencia y la imaginación el origen de esta palabra sólo se puede determinar haciendo a la vez uso de realidad y fantasía en dosis proporcionales. Pues ahí va.
Cucullo fue un niño ferrolano cuya infancia se puede ubicar en el entorno espacial del distrito de Amboage y contextualizar en tiempo durante la última década del siglo XIX. Consentido y mimado hasta la frontera del niño tirano el personaje, según la "prensa hablada", un día cualquiera de autos decidió montar una perrencha porque una alergia suya o de algún familiar le impedía tener un perrito en casa. La pataleta de Cucullo fue de tal realce que para calmar esa ansiedad por disfrutar de una mascota canina su padre, don Joaquín Jofre el del teatro, la sustituyó por una merluza o besugo (hay versiones dispares). La mascota sustituta que con caducidad aromática programada se renovaba convenientemente los días de buena marea podía ser paseada entonces, sin percance alguno, por un niño Cucullo que ufano y dichoso lo mismo la hacía transitar entre los pasillos de su casa que por plena calle Real. Amarrado y arrastrado por un cordel el "pez perro" parecía hasta obedecer, con escamosa docilidad, las postizas voces de mando que su amito le ordenaba. Las escenas resultaban tan aparentes que el niño Cucullo hacía paradas en esquinas y farolas o en todo parterre y jardín en ruta para que la merluza o el besugo descargara aguas y sólidos según las necesidades propias de un imaginario "can de lonja" con pedigree.
De la palabra Cucullo derivan el verbo "acucullar" que en ferrolano hace referencia a sobreproteger o mimar en exceso a un niño y el sustantivo femenino "cucullada" que refleja una actitud o situación cargada de empalagoso mimo. También deriva el participio adjetivado "acucullado" que se utiliza para describir el estado de consentimiento desmedido en el que se ven inmersos algunos niños ferrolanos o foráneos. Posteriormente este mismo participio se comienza a utilizar en expresiones como "estoy acucullado con la manta en el tresillo" para describir la postura o momento de epifanía en el que cualquier ferrolano se deja caer en tardes de lluvia y chocolate con churros como la de hoy.
No es correcto usar en ferrolano el término cucullo para referirse a personas antojadizas o caprichosas que superen los diez años de edad. Para esto ya existen otras palabras en nuestra culta y rica habla local. "Conachito", por ejemplo, se puede utilizar con el mismo valor semántico pero para ferrolanos de entre diez y dieciocho. A partir de los dieciocho si mantienes esas actitudes ya vienes siendo un aconachado con causa o un conacho por definición.
Salud y suerte Ferrol nos Mola.
Víctor B. Gárate
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Nota: Fotografía de Joaquín Jofre Maristany y su hijo Cucullo. De su álbum familiar.
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