miércoles, 17 de enero de 2024

John Hiatt: El maestro del desastre. Por Rafael Gómez de Marcos.


John Hiatt

«Hoy rondaba por mi cabeza el Master of Disater, maestro del desastre, del gran John Hiatt, un tema metáfora de mis días»

En los ochenta se dio a conocer como un adolescente rebelde de la new wave con su marcado acento de Indiana y, luego, compuso elegantes álbumes de un rock artesanal. No tiene el aura de leyenda de Bob Dylan, ni la pasión desbocada de Neil Young, ni el carisma de Bruce Springsteen, ni el nervio contagioso de John Fogerty, ni la finura de Emmylou Harris, ni la garra de Lucinda Williams, pero John Hiatt es como todos ellos un coloso de la música norteamericana.

 

En su obra reside el alma misma de eso que se ha dado en llamar AMERICANA ese género bastardo de sonidos raíces que define un cosmos vital, casi una concepción emocional y filosófica con respecto a la vasta tierra estadounidense, es decir, la mezcla de folk, rock and roll, soul, blues o country, para contarnos historias que te arrastran, te conmueven y te provocan el llanto, recordándote que eres un ser con debilidades.

 

John Hiatt puede presumir de una larga trayectoria que incluye composiciones para un sinfín de artistas, entre ellos Joan BaezIggy PopWilly DeVilleWillie Nelson o B.B. King. Una vida repleta de cicatrices, sufrió el suicidio de su mujer, fue alcohólico durante años y padeció el menosprecio de la industria discográfica. Pero su música es la crónica de una esperanza lenta que finalmente cuajó en el respeto y en la admiración que se le profesa entre todos los degustadores de la buena música. Ya le he traído en alguna ocasión con uno de mis temas favoritos el descomunal “The Open Road”.

 

Pero hoy rondaba por mi cabeza ”Master of Disater” un tema completamente aditivo perteneciente a su trabajo número dieciocho de título homónimo, publicado en 2005. En el que nos cuenta cosas como… “Soñar con estar sentado en un viejo porche y ver pasar al vecindario al atardecer…”.

¿Será por este tipo de pensamientos, por lo que ayer no quise acudir a la 25ª Edición de los Premios Iris de la Academia TV? Es todo tan previsible, se puede percibir tanto desconocimiento, tan poco oficio del medio en las votaciones de los compañeros académicos. De la Junta Directiva… mejor vuelvo a mi vieja mecedora como el viejo Mose Harper en The Searchers.


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