Escudo-Blasón primigenio de la Casa Solar de Arnáiz.
Luego fue: León rampante en su color natural, dos flores de Lis ( azur ) y estrella de gules ( roja )
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Urraca I de León (León, 24 de junio de 1081-Saldaña, 8 de marzo de 1126), llamada por sus coetáneos y por los historiadores de la época como la Temeraria, fue reina de León entre 1109 y 1126. Hija y sucesora de Alfonso VI y de la reina Constanza de Borgoña, a su muerte la sucedió su hijo Alfonso VII. Fue la primera mujer en Europa en ejercer un reinado de pleno derecho.
Orígenes familiares
Los cronistas de la época no registraron la fecha del nacimiento de Urraca.[1] Se cree que debió de nacer en 1081.[2] Era la hija primogénita de Alfonso VI y de la reina Constanza de Borgoña, segunda esposa del rey,[1][2] casados en 1079. Por parte paterna eran sus abuelos Fernando I, rey de León y conde de Castilla, y su esposa Sancha Alfónsez de León, hija de Alfonso V. Sus abuelos maternos fueron el duque Roberto I de Borgoña,[1] hijo de Roberto II de Francia, el segundo monarca francés de la dinastía de los Capetos, y su esposa Helia de Samur.[2] Esta última era, a su vez, hermana del abad Hugo de Cluny, con cuya poderosa abadía Alfonso pretendía estrechar lazos al desposar a Constanza.[2]
Parece ser que quedó tutelada por Pedro Ansúrez, y se conocen dos de sus maestros durante la infancia, el presbítero Pedro, que la acompañó a Galicia tras su matrimonio, y Domingo Flacóniz.[3]
Condesa consorte de Galicia
Primera hija del rey Alfonso VI de León y de su segunda esposa Constanza de Borgoña, el nacimiento de su medio hermano Sancho en 1093 la apartó de la línea sucesoria al trono de su padre.[4] Ese mismo año falleció su madre, la reina Constanza.[5]
Poco antes de febrero de 1093,[6] Urraca contrajo matrimonio con Raimundo de Borgoña,[7] un noble borgoñón que llegó a León tras la batalla de Sagrajas respondiendo al llamamiento que Alfonso VI realizó a la cristiandad europea con la intención de organizar una cruzada contra los almorávides que asolaban sus reinos.[8][9] Se cree que llegó a la península en 1086 o 1087, en el séquito de su cuñado el duque Eudes,[9] cuyo intento de apoderarse de Tudela fracasó.[8] Tras el fallido cerco, los borgoñones acudieron a León a visitar a la reina —tía de Eudes— y casi de inmediato Urraca fue prometida a Raimundo y puede que incluso desposada con él, pese a que apenas contaba con ocho[a] años y era demasiado joven para contraer matrimonio según el derecho canónico.[8][9] Urraca, condesa consorte de Galicia, gobernaba junto con su marido toda la costa atlántica peninsular, desde la frontera con los territorios musulmanes del sur hasta la costa cantábrica gallega.[10]
El matrimonio tuvo dos hijos: Sancha y Alfonso.[11] Se desconoce el nacimiento de la primera, que fue anterior a 1095, y el segundo nació en 1105.[11] Alfonso Raimúndez quedó encomendado a Pedro Froilaz y su esposa para su educación.[12] De la educación de Sancha se encargó, por su parte, Elvira, la tía de Urraca, hermana de Alfonso VI.[13]
En 1096, a raíz del matrimonio de otra de las hijas de Alfonso VI, Teresa de León, con Enrique de Borgoña, el monarca dividió Galicia en dos: el Reino de Galicia fue concedido a Urraca y Raimundo, y el condado Portucalense, que comprendía las tierras entre los ríos Duero y Miño, correspondió como dote a Teresa y Enrique y que con el tiempo daría lugar al reino independiente de Portugal.[14]
Raimundo falleció en Grajal, en presencia de su esposa, el obispo de Santiago y el rey en septiembre de 1107.[15] Urraca sucedió a su difunto esposo en el señorío del oeste del reino leonés.[16][17] Sus tierras abarcaban Galicia, la comarca de Zamora y el suroeste de León, incluyendo Coria, Salamanca y Ávila.[16] Para entonces era una mujer de veintisiete años con dos hijos (Sancha y Alfonso) y posiblemente otros siete embarazos fallidos.[16] Hasta entonces parece que había tenido una posición subalterna, a la sombra de su marido; al fallecimiento de este, pasó a desempeñar un papel principal en la política regional que ya nunca perdió.[18][17]
Se cree que acompañó el cadáver de su marido a Santiago de Compostela, en cuya nueva catedral románica fue inhumado, y que permaneció en Galicia, probablemente con el fin de asegurarse el dominio de esta.[19] Urraca mantuvo el señorío de Galicia, a condición de permanecer soltera; en caso de casarse nuevamente, el gobierno de la región pasaría a su hijo Alfonso, hijo de su difunto primer marido.[20]
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