viernes, 17 de diciembre de 2021

Mi carabela inacabada, al igual que el Estado de las autonomías. Rodolfo Arévalo.

 

Mi carabela inacabada, al igual que el Estado de las autonomías.

“No podemos acabar el modelo barco o el modelo España de las Autonomías. Hoy en día esta el mar bastante revuelto por este tema”

Para terminar mi modelo naval de la Carabela Santa María solo me falta acabar la arboladura, es decir poner todo el cordaje con sus vigotas y anclajes a la superficie del barco. Le temo a esto más que a un “nublao”, porque soy bastante torpe para los trabajos manuales. De hecho mi barco es un poco tosco en acabados, por eso nunca me presentaré a un concurso de maquetas navales. Como ejercicio y siendo un modelo sin kit, o sea lo que se llama de arsenal, sacado desde un plano, que tuve que multiplicar por cuatro para que me saliera de un tamaño interesante, corté todas las piezas de una plancha de contrachapado que adquirí, no esta del todo mal.

He sacado algunas cosas de la imaginación más absoluta, pero en general seguí los planos. Como afición me gusta, pero a veces pierdo los nervios, claro que yo mismo en cualquier caso y condición soy un puro nervio. Esta es una de las razones por las que me enervan considerablemente la ineficacia y el ”viva la Virgen” nacional basado en nuestro carácter festivo y en el sostente mientras cobro.

Esa falta de seriedad que en muchos asuntos no tiene demasiada importancia, si empieza a tenerla cuando se trata de organizar el Estado, sobre todo si es de Derecho y Constitucional, porque hay que ser exquisito, en su construcción y desarrollo. Pero el carácter díscolo de muchos es incompatible con haber dejado las cosas de la organización de Estado de las Autonomías simplemente esbozado. Si los padres de la Constitución hubiesen sabido que los emplumados discípulos ejecutores del encargo querían todos ponerse tocado de indio jefe, desde luego no hubieran tenido la mano tan ancha y tan abierta para elaborar el tema. Puede resultar que una vigota redonda, que lo es, resulte que alguien quiera hacerla cuadrada y entonces es cuando se jodió la Marrana, que es una pieza que se usa para prensar las uvas en los lagares y sin la cual no hay nada que hacer.

Nada que no podemos acabar el modelo barco o el modelo España de las Autonomías. Hoy en día esta el mar bastante revuelto por este tema, más al este que al oeste y centro norte, pero como no se vayan solucionando estas salidas de pata de banco, aún usando la fuerza que otorga la Constitución al Estado central, van a transcurrir años aciagos.

Si algo bueno había en España en mil cuatrocientos noventa y dos, era que la unidad se había completado y por eso estábamos preparados para descubrir un nuevo mundo, un nuevo lugar para expandir nuestro comercio, aunque Colón creyera haber llegado a Cipango, o sea al Oriente lejano. No, para eso todavía quedaban muchas leguas, pero el convencimiento hizo que se aprovechara, lo que de bueno tenía la nueva ruta a lo que se creía, hasta unos años después, la meta oriental del viaje.

En una carabela como la Santa María la tripulación no era más que de veinte hombres, incluidos capitán y contramaestre así que ya me contarán lo arriesgado que fue la aventura en esa cascara de nuez. Oír la voz ”tierra” debió ser un enorme alivio para unos hombres ya a punto de la desesperación más absoluta. Yo desde luego no podría haber ido en ese viaje, porque como mínimo me hubiera cargado a algún marinero si no al propio Colón. Esa es la razón por la que jamás me apuntaré a una misión espacial, aunque sea ahí al lado a la estación espacial, prefiero leer la aventura en un libro o verla en un canal de Tv, no soy aventurero, solo es aventurero mi cerebro, que a veces se mete por los cerros de Úbeda a buscar historias raras pero controladas.

Por eso opino que aventuras las justas que como decía aquel, cuyo nombre no recuerdo: “los experimentos con gaseosa” y por eso, para terminar mi modelo naval de la Carabela Santa María solo me falta acabar la arboladura, es decir poner todo el cordaje con sus vigotas y anclajes a la superficie del barco. Pero esto es trabajito fino y a lo peor hay que hacerlo con algún artículo Naval escrito y estipulado en una especie de constitución, sujeta a coerciones. Le temo a esto más que a un “nublao”, porque soy bastante torpe para los trabajos manuales. Y en algún lugar de España hay mucho trabajo de base que realizar todavía.

       FdAN.

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