«Claudel y Rodin, una historia de amor, pasión, amargura y sufrimiento que sin embargo nos dejó una obra digna de admirar»
A lo largo de la historia hemos conocido muchas relaciones apasionantes entre artistas, en muchos casos con final traumático para alguno de ellos pero que han inspirado aún más si cabe lo que plasmaron en su obra, un deseo carnal que en ocasiones va más allá de lo físico porque es a veces una conexión espiritual, un sentimiento profundo de amor o una pasión incontrolada.
En el caso de Auguste Rodin (1840-1917), considerado el más famoso escultor de la historia del arte en Francia y Camille Claudel (1864-1943), excelente escultora que trabajó junto a él durante años, se dan estos ingredientes cuya consecuencia fue una obra llena de pasión, de gran expresividad y finalmente también de desesperación.
Auguste Rodin, gran admirador del gran Miguel Ángel y de Donatello sintió a lo largo de su carrera el gran deseo de innovar. Los pintores impresionistas ejercieron en él gran influencia ya que admiraba cómo éstos trataban la luz en sus composiciones, intentando conseguir efectos lumínicos a través del acabado de las superficies y la superposición de planos.
Fue criticado porque revolucionó en cierto modo el concepto que se tenía de la escultura, al dejar inacabadas algunas de sus obras, algo que ya habían hecho otros artistas anteriores, lo que se conoce como la técnica del “non finito”, ya conocida en la obra de Miguel Ángel y que posteriormente será realizada por otros muchos artistas.
Para hablar de la obra y biografía de Rodin, hay que mencionar a la que fuera una gran escultora, su alumna, musa, amiga, colega y amante Camille Claudel. Ya desde muy pequeña sentía una gran atracción por la escultura y modelaba pequeñas figuras de barro junto a sus hermanos, poseía aptitudes artísticas y contaba con el apoyo de su padre para dedicarse a la escultura. Tras el traslado de su familia a París, Camille pudo estudiar en la Academia Colarossi donde estableció buenas relaciones que le introdujeron en el mundo artístico parisino.
Conoció a Rodin en 1883, él quedó prendado ante ella, ese encuentro marcaría sus vidas para siempre. Él le propuso trabajar en el taller, aunque al ser la única mujer en el estudio despertó algún que otro recelo y burla por parte de sus compañeros que en breve se disiparon tras conocer, no solo la forma de trabajar de Camille, con constancia y seriedad , sino también el modo en que inteligentemente los trataba, de tal manera que pronto sus contemporáneos la admiraron y respetaron.
Rodin trabajaba entonces en Las Puertas del Infierno, un encargo para el Museo de Artes Decorativas de París, llamadas así porque eligió el tema del infierno de Dante, emplearía más de treinta y cinco años de trabajo en su realización y en ellas Camille aportó ideas y trabajo, en ellas se representan diferentes relieves con figuras que van ascendiendo y otras que descienden al infierno. Tres desnudos masculinos personifican la victoria de la muerte y en el centro la figura de Dante, que recuerda a su posterior figura de El Pensador, situado en la tumba del artista aunque existen muchas fundiciones tanto de dicha escultura como de las Puertas repartidas en diversos museos del mundo.
La química que se despertó entre ellos fue inevitable, unidos por una misma pasión, el arte. Camille se convirtió en su musa, modelo y amante a pesar de la diferencia de edad entre ambos ya que él tenía 49 y ella 19, algo que nunca ha sido un impedimento para el amor y a que Rodin mantenía una relación con Rose Beuret Mignon (1844-11917) a la que nunca abandonaría.
Camille y Auguste decidieron abrir un taller privado para tener más intimidad, en él trabajaron con ilusión compartiendo su gran pasión. Una de las obras más bellas de Rodin quizá sea El beso (1882), en la que las dos figuras se funden creando una atmósfera que los envuelve no perfilando demasiado las líneas que las separan. Está considerada como símbolo de la pasión.
La pareja frecuentaba los salones y eventos sociales que tenían lugar en la ciudad del Sena, estableciendo relaciones con los demás artistas en un ambiente bohemio, culto y para ellos apasionante.
En el estudio el artista dejaba moverse a sus modelos libremente para así poder apreciar sus movimientos desde distintos puntos de vista, así lo cuenta el modelo que posó para él, Samuel Stocckton White III para realizar la escultura El atleta de la que también existen varias versiones, en ellas se aprecia la fuerte musculatura.
Otra de las esculturas más famosas de Rodin es Los burgueses de Calais, grupo escultórico que representa a seis personajes que en el siglo XIV, al inicio de la Guerra de los Cien Años, ofrecieron su vida para salvar a los habitantes de Calais, ciudad francesa sitiada por los ingleses. En el siglo XIX la ciudad encargó a Rodin dicha escultura.
Por otro lado, Claudel realizó obras muy interesantes en esos años junto a Rodin, una de las más conocidas, El gran vals, de la que existen dos versiones, una de ellas desaparecida y otra se encuentra en México, es de una gran belleza y emotividad, las dos figuras se abrazan para el baile pero no se miran a los ojos, quizá ya se dejaban ver los problemas existentes en la pareja en esa época.
Circulaban rumores acerca de la autoría de Rodin en obras de la escultora, además su historia de amor con el artista no estaba bien vista ni por su familia ni por la sociedad, y esto, unido a los celos que Camille sentía por la relación que mantenía con Rose, hicieron que su unión se deteriorara con el tiempo para acabar definitivamente en 1898.
A pesar de los problemas que vivía con su amante, Rodin recomendaba la obra de Camille a personas influyentes en los círculos artísticos parisinos, con avales de firmas importantes como los escritores y críticos de arte Octave Mirbeau (1848-1917) o Gustave Geffroy (1855-1926), que la apoyaron incondicionalmente para participar en exposiciones, salones y demás eventos culturales. Rodin, hace también las gestiones para que realice una obra para el Estado, y es entonces cuando surge la idea de una de los trabajos más importantes de Camille, L´age mûr (La edad madura) en la que se representa a ella misma implorando a Rodín que no la abandone, éste se aleja junto a otra figura que representa a Rose Beuret y aparece mitad ángel, mitad mujer.
Las obras de Claudel gozan de éxito y aparecen en diversas publicaciones, sin embargo ella empieza a verse afectada por ese amor apasionado en el que los celos le provocan inquietud e intranquilidad. Atraviesa un periodo difícil emocionalmente y en 1905 realiza su última exposición. A partir de entonces comenzó a tener cada vez más crisis emocionales, no tenía una buena situación económica y se centró en la escultura aunque después de trabajar con ellas destrozaba las obras. La situación fue empeorando de tal manera que en 1913, tras la muerte de su padre, quien fuera su gran apoyo, su madre decidió internarla en un hospital psiquiátrico.
Los últimos treinta años de su vida los pasó encerrada en dos hospitales psiquiátricos, su salud mental estaba muy afectada. Durante años escribió a su familia rogándoles que la sacaran de su encierro, sin embargo no tuvieron en cuenta sus peticiones, le prohibieron las visitas y recibir correspondencia, tan solo la visitó su hermano Paul. En su pensamiento aún estaba el que fue el amor de su vida, Auguste Rodin. Para ella, él era culpable de la situación en la que se encontraba. Falleció el 19 de octubre de 1943 a los setenta y ocho años y fue enterrada en una tumba del hospital con tan solo unos números en la lápida, tumba que posteriormente desapareció.
La historia de Camille ha sido llevada al cine en dos ocasiones, una de ellas, dirigida por Bruno Nuytten en 1988 protagonizada por Gérard Depardieu e Isabelle Adjani en los papeles protagonistas; la segunda , dirigida por Bruno Dumont en 2013 aparece su hermano, el diplomático y poeta Paul Claudel (1868-1955)
En el Museo Rodin en París, se exponen quince obras de Camille Claudel por expreso deseo del escultor, está situado en el antiguo Hôtel Biron, donde residió algunos años el artista, pero la obra del escultor, considerado como el padre de la escultura moderna, se puede apreciar en otros museos como el Museo Rodin en Filadelfia (Estados Unidos) o en Bahía (Brasil). El Museo Camille Claudel fue inaugurado en 2017 en la ciudad de Nogent- sur- Seine en la región de Champagne en Francia, donde se exponen obras de la escultora junto con otras de artistas contemporáneos.
Claudel y Rodin, una historia de amor, pasión, amargura y sufrimiento que sin embargo nos dejó una obra digna de admirar.
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