Los funcionarios se han convertido en el principal "dolor de cabeza" para la Junta de Andalucía. Sus protestas públicas, sus abucheos a los altos cargos políticos y sus pitadas están reventando muchos actos públicos, hasta el punto de que la agenda de los políticos está quedando seriamente alterada. Las comparecencias del presidente y de los consejeros son cada vez más escasas, por miedo a las protestas de esos funcionarios, a los que se unen muchos ciudadanos. La Junta de Andalucía está desconcertada ante una importante ola de irregularidades, errores, desapariciones y otros incidentes que algunos expertos consideran como posibles sabotajes de funcionarios cabreados por la reciente bajada de los sueldos, por el despilfarro que sigue vigente en la Administración, por el amiguismo, el enchufismo y, en general, por el insoportable nivel de corrupción que reina en las administraciones públicas andaluzas. La intención del gobierno andaluz de hacer fijos a casi 20.000 contratados, muchos de los cuales son enchufados políticos, es otro importante motivo de la indignación de muchos funcionarios de carrera, que interpretan ese movimiento como un intento de "blindar" a los "amigos" del partido ante la posible llegada del Partido Popular al poder. Desaparecen papeles, se cambian de lugar los expedientes, se sustraen documentos y hasta se han falsificado firmas, todo para manifestar el enfado y para fastidiar a los políticos en consejerías, diputaciones, ayuntamientos y organismos públicos, tanto de la Junta como del gobierno central, donde ha descendido la productividad de manera significativa y crecido notablemente el absentismo. El fenómeno empieza a adquirir proporciones preocupantes, hasta el punto de que algunos organismos y dependencias oficiales están contratando empresas especializadas en reducir el absentismo e incrementar la productividad, de esas que utilizan llamadas telefónicas, detectives privados y visitas médicas sorpresivas para amedrentar a los que se dan de baja. El malestar de los funcionarios tiene también reflejo en los medios de comunicación andaluces, que están recibiendo en las últimas semanas numerosos envíos anónimos de documentos oficiales, facturas y contratos, con toda probabilidad substraídos de los archivos de la Administración y enviados a la prensa para que se publiquen irregularidades y escándalos. Hay cierto olor a descomposición en muchas oficinas del gobierno andaluz, como si se hubiera asumido ya que las próximas elecciones las perderá el PSOE. Es más que probable que la posible llegada del PP al gobierno andaluz esté también influyendo en el extraño comportamiento de algunos sectores del funcionariado.
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Fuente :Voto en blanco.
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