“Si Europa no toma medidas, lo que veremos por las calles serán ríos de sangre. No queréis edad media, pues tomaréis dos tazas”
Le pido a los gobiernos Europeos que tomen medidas ahora, cuando todavía se puede hacer de manera suave y tranquila, en treinta años será imposible… Cuando en Febrero de dos mil dieciocho, la editorial Ediciones Atlantis me hizo el honor de publicarme mi primera novela, la había enfocado hacia una sociedad en la que el trabajo de los seres humanos Europeos iba a ser sustituido por mano de obra robótica, realmente barata, vamos el sueño de gente como algunos magnates que todos tenemos en mente.
En la Novela se mostraban las situaciones que eso conllevaba y viendo como la sociedad entera se iba rompiendo, por falta de trabajo, aumento de la delincuencia para poder comer y las demás cosas. Pero hete aquí que en el presente, cuatro años más tarde se revelan otros problemas que apenas empezaban a esbozarse en aquella época en España, aunque ya fueran bastante corrientes en Francia, Suecia o Alemania. Esto es lo que probablemente me empuje a escribir otra novela, quizás más real para esta época, cuyo título por el momento me ahorro, pero que tendrá que ver más con el abaratamiento del coste del trabajo por la llegada desenfrenada de inmigrantes, que lejos de venir a trabajar, que también, acabarán desplazando nuestra cultura.
Y que conste que esto no es un escrito de odio o xenofobia este escrito lo que quiere constatar es que la famosa Alianza de Civilizaciones no es una realidad posible, al menos por ahora y con ciertas culturas. Está claro que teníamos razón hace unos años, África no empezaba en los Pirineos, pero miren ustedes por dónde, hoy en día es posible que África no solo no empiece en los Pirineos, sino mucho más arriba en Francia y otros lugares de Europa, dónde hay pueblos y ciudades en que la Sharia es lo común, sin que ni siquiera los oriundos de esos países se atrevan a decir esta boca es mía. Y no se atreven porque luchar contra la edad media es tener que volver a la violencia inusitada de aquellas fechas en las que había que defender nuestra cultura, el honor, y la religión a Mandoblazo de Cid Campeador mondo y lirondo. Ahora eso quedaría en manos del Presidente del Gobierno y del Congreso de los Diputados. ¿Se imaginan a Pedro dando las órdenes oportunas a las fuerzas armadas y de seguridad para detener y expulsar del país a todo aquel que no se someta a las normas de nuestra cultura europea y no cumpla los requisitos legales? Yo desde luego no me lo imagino, y menos cuando tiene que ser mantenido en el poder por esos votos y por el corifeo de partidos a cual más melifluo o Comunista.
¡To er mundo es bueno joer! Cantarán a coro, como mucho, el vivan las Españas, pequeñas, ridículas y partidas. Los mini estaditos comunales autonómicos acomplejados por depender todavía de la capital y que no pueden tener fuerzas armadas. ¡Dios qué afrenta a los altos cargos que hay! Diecisiete mínimo y eso sin bajar a los segundos espadas. Claro que de espadas nada de nada. Correr calle abajo, como en un TBO, perseguidos por energúmenos con gumía, al grito de que Dios es Grande, será a lo sumo lo que les depare la gesta, sino se les indigesta. Volverán a casa para que sus mujeres, ¡anda que no son machistas! les laven los calzoncillos algo apestados. Pero eso sin ni siquiera haber entrado en liza, por miedo a la paliza que les puedan dar. Y lo de legislar para tener controlado al Mauritano, como se decía tiempo ha, les va a resultar difícil ya que en unos poquísimos años tendremos diputados musulmanes de todo tipo y color.
Dentro de cincuenta años cuando se reedite la colección de cromos Vida y Color, el Europeo será representado por un individuo de pelo negro y tez cobriza y no, no es que me moleste, de hecho la raza nunca molesta, lo que molesta es la diferencia de cultura y el desprecio apabullante que esos individuos, venidos de otro continente, tienen por nuestra forma de vida y nuestra religión. Esto es algo que en este sentido no afecta a nuestros hermanos de Hispanoamérica.
O sea resumiendo que ellos al parecer tienen derecho a llamar putas a las Europeas porque enseñan el cuerpo más de lo que El Corán permite y nosotros no tenemos el derecho de mandarles a esparragar por su fanatismo islámico. O las reglas son igual para todos o debe prevalecer el orden, las leyes y la cultura occidental por aquí, así como la democracia y la libertad, para eso este continente Europeo es el de nuestra cultura bimilenaria…
Yo por lo menos, me niego a que ningún iluminado venido de islam lándia me diga qué tengo que creer, y qué tengo que obedecer, qué tengo que defender y qué tengo que rechazar. Porque ya lo decía Oriana Fallaci o se toman las riendas ahora o el caballo lo llevarán los hijos de Allah. Cuando en Febrero de dos mil dieciocho, la editorial Ediciones Atlantis me hizo el honor de publicarme mi primera novela, la había enfocado hacia una sociedad en la que el trabajo de los seres humanos Europeos iba a ser sustituido por mano de obra robótica, pero hete aquí que el presente, cuatro años más tarde, se revela con otros problemas que apenas se empezaban a esbozar entonces y cada día son más patentes y peligrosos.
¡Basta ya!, hay que exigir a los políticos que se dejen de memeces y pongan los ¡medios para pararlo! No quieren ser tildados de racistas, pero lo único que conseguirán así es que la gente empiece a tomarse la justicia por su mano, y ya digo, lo que veremos por las calles serán ríos de sangre. Y no por racismo, sino por defender a sus hijas, mujeres y costumbres, comidas y festejos populares. No queréis edad media, pues tomaréis dos tazas.
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