RAFAEL GÓMEZ DE MARCOS
«Felicidades Celia Cruz y que Dios disfrute de tu aniversario, reina, por tus contribuciones a la música latina y porque tu legado vivirá por siempre»
Úrsula Hilaria Celia de la Caridad de la Santísima Trinidad Cruz Alfonso más conocida por Celia Cruz, nació en el barrio de Santos Suárez en La Habana un 21 de octubre de 1925.
Mujer, negra y pobre, tres obstáculos para una intérprete de la Cuba de mediados del siglo XX que no la impidieron convertirse en una gran figura en el mundo. Todos los que la conocieron coinciden en su carácter. Llegó a Estados Unidos en 1960, un año después de la revolución cubana.
Hablan de su sencillez, de su determinación y disciplina, salió del pueblo y le cantó al pueblo; asumiendo que tenía que defender Cuba donde fuera, de igual manera pensaba Willy Chirino, otro grande orgullo de Cuba. Los dos forman parte de la cultura cubana, Fundamentalmente para el exilio, debido a su sostenida posición de rechazo al régimen castrista. Pero hoy no la vamos a escuchar en su ritmo salsero, sino en otra faceta, que a mí es la que más me gusta. En “Te Busco” un tema tan triste como maravilloso, del gran Víctor Víctor que inmortalizó Celia Cruz.
Fue la propia Celia quien le pidió al artista dominicano que le escribiera una canción para un disco de boleros que estaba preparando y Víctor Victor se acordó de un tema que tenía guardado desde hace un tiempo. La Reina de la Salsa cautivó a públicos de todas las culturas e idiosincrasias con su carisma y alegría, los años 70 y su paso por la orquesta Fania All Stars fueron testigos de su devoción al género de la salsa.
El 16 de julio de 2003 los seguidores de Celia Cruz lloraron en todo el mundo, porque ella, con su extrovertida personalidad, su carisma y su poderosa voz, sobrepasó fronteras más allá del mundo hispanohablante, la reina había muerto, tenía 78 años. Se murió con la pena de no poder regresar a su país, aunque tuvo la oportunidad de actuar en 1990 en la base naval de EEUU en la bahía Guantánamo, donde al llegar se arrodilló y besó tres veces el suelo, al abandonar la isla se llevó consigo un puñado de tierra que pidió que fuera depositado en su ataúd.
Las contribuciones de Celia Cruz a la música latina son innumerables y su legado vivirá por siempre. “En cualquier huella te persigo, en una sombra te dibujo, huellas y sombras que se pierden, la suerte no vino conmigo… No hago más que rebuscar paisajes conocidos, en lugares tan extraños, que no puedo dar contigo…»
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