«Historiadores, escritores y periodistas, todos ellos afines a la izquierda, afirman categóricamente que el término Reconquista ha sido una invención»
Ya desde hace décadas, comenzó a cuestionarse la utilización del término “Reconquista” y el proceso histórico en España al que hace referencia y mucho se ha escrito en los últimos tiempos utilizándolo como arma política, concretamente para tachar a un determinado partido de manipulación, sencillamente por lo que éste defiende, la unidad de España, sus valores y su historia entre otras cuestiones.
Lo que es más lamentable en todo este asunto, no es que se utilice un determinado argumento contra otro partido, sea cual sea, sino el hecho de que se haga con una intención carente por completo de buena voluntad.
Historiadores, escritores y periodistas, todos ellos afines a la izquierda, afirman categóricamente que el término Reconquista ha sido una clara invención de los historiadores del siglo XIX con el propósito de justificar la invasión de los cristianos desde el norte de la Península Ibérica hasta el Sur para expulsar a los musulmanes e incluso eliminarlos, hasta se ha mencionado la palabra genocidio para “narrar” su visión de los hechos. Afirman que todo este asunto es utilizado por cierto partido político para engrandecer las hazañas históricas que España ha realizado en el pasado. Y ante ésto yo pregunto “ y si es así, ¿qué?. ¿Dónde está el problema en enaltecer el proceso de conquistar territorios a los musulmanes que anteriormente habían invadido la península?
El objetivo de estas afirmaciones es crear polémica, dividir y cancelar parte de la historia de España.
La Península Ibérica formaba parte del Imperio Romano en el que el cristianismo se convirtió en religión oficial del Estado con la firma del decreto “Cunctos Populos” en el año 380 por parte del emperador Teodosius.
Los visigodos, que invadieron Hispania a mediados del siglo V, era el pueblo germánico más romanizado de todos, no dejaron una profunda huella en la península pero asimilaron la cultura. El pueblo visigodo abrió el camino hacia el feudalismo, propiciando un nuevo rumbo hacia la unidad de un pueblo hasta entonces disperso. Su hegemonía en estas tierras terminó con la derrota del rey Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete en 711 por las tropas de Tarik. Todo comenzó por tanto con una contienda.
El poder musulmán en estas tierras se prolongaría durante ocho siglos hasta la toma de la ciudad de Granada tras la rendición de Boabdil en 1492. En este largo proceso se sucedieron enfrentamientos y periodos de paz conviviendo varias culturas que aportaron características inconfundibles a la futura España.
La presencia de Al-Andalus en la península trajo consigo una gran transformación en todos los sentidos, se crearon nuevas ciudades, la economía se incrementó favoreciendo el comercio, se impulsó la agricultura y se desarrolló la industria. En cuanto a la cultura y el arte hispanomusulmán, dependiendo del periodo y condicionado por las corrientes religiosas, alcanzaron un gran esplendor así como el impulso que recibieron otras disciplinas como la literatura, la medicina, la botánica o la astronomía; figuras como Averroes influyeron notablemente en el pensamiento de la Edad Media.
En las montañas del norte se refugiaron algunos nobles godos que apoyados por los pueblos autóctonos fueron ampliando sus territorios. Estos pequeños núcleos fueron el embrión de los futuros reinos que más adelante se formaron por todo el territorio. La rivalidad entre ellos existía, aprovecharon los enfrentamientos de los propios musulmanes para expandirse llevando a cabo las repoblaciones que, aunque se produjeron de distintas formas, sus objetivos eran claros: económicos, políticos y estratégicos, todo ello con la intención de tomar posiciones y recuperar la autoridad.
Este proceso se inició en el siglo VII y se aceleró posteriormente. Poco a poco el avance continuaba hacia el Sur y a pesar de determinados pactos con grupos musulmanes y también hostilidades, la finalidad era recuperar y restaurar el poder bajo la monarquía, lo que conllevaba establecer la fe cristiana, al igual que anteriormente los musulmanes habían hecho con el Islam.
A partir del siglo XII, se va creando una nueva sociedad y organización política que durará hasta el siglo XIV. En este periodo, tiene lugar un crecimiento económico en toda Europa que favorece el comercio internacional y fomenta la actividad de mercaderes y artesanos, crecen las ciudades y sus habitantes van adquiriendo derechos y obligaciones. Así se va configurando una nueva realidad en la península, se van organizando los reinos que más adelante se unirán para culminar el proceso de reconquistar las tierras hispanas y configurar una nueva nación en un proceso que se abre en 1479 con el reinado de los Reyes Católicos, lo que supone una etapa decisiva en la historia de España en la que finalmente triunfa la unidad tan perseguida durante la Edad Media. Por tanto el matrimonio de los reyes, la toma de Granada y la anexión de Navarra serán los acontecimientos decisivos para lograr esta unión.
El Califato de Córdoba ostentaba el poder absoluto en toda la península en el siglo X, sin embargo la caída de éste supuso para los reinos cristianos un gran avance territorial, unidos con más fuerza en 1212, tras la victoria en la Batalla de Las Navas de Tolosa, ante la amenaza almohade.
La causa principal que ocasionó el ocaso de Al-Andalus no fue la ofensiva cristiana, sino los continuos enfrentamientos que existían entre los musulmanes, principalmente por motivos de índole religiosa, que fragmentaron el poder creando desorganización, intrigas políticas y pérdida de autoridad.
En cualquier caso, no debería ser un problema denominar a todo este proceso, aunque se desarrollara durante un largo periodo de tiempo, Reconquista, el hecho cierto es que los siglos XI, XII y XIII constituyen el resurgir de la Cristiandad en toda Europa y es precisamente ésto lo que a muchos no gusta; los mismos que hace años emprendieron un ataque continuo hacia todo aquello con lo que no están de acuerdo e intentan, sentenciando y adoctrinando, hacer uso político de la historia.
España es un país con una gran historia, con sus aciertos y también equivocaciones; las culturas que han estado presentes en nuestro país han conformado nuestra idiosincrasia, nos han enriquecido de una u otra forma, la memoria de un gran país; pero se pretende borrar parte de esa historia y tergiversar los hechos, siempre siguiendo la línea de la división y el enfrentamiento.
A veces me pregunto ¿quién está detrás de todo ésto? Alguien lo está, seguro.
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