“Vamos a Afganistán a una guerra”. La advertencia previa del nuevo coronel jefe que dirigirá a los 1.200 militares que parten hacia Badghis. El contingente español destinado en Afganistán está a punto de volver a casa. Los que se van de remplazo, de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable, van avisados: “Allí hay una guerra”, advirtió en privado el coronel Rosaleny.
Los preparativos del viaje ya están casi listos, y a partir de esta semana comenzarán a volar hacia Afganistán los primeros militares que remplazarán a la BRIPAC destinada en la provincia de Badghis.La despedida oficial tuvo lugar el viernes 29 de octubre, en el cuartel Cabo Nobal de Asturias, base del Regimiento Príncipe. Allí, tras una parada militar presidida por el teniente general Virgilio Sañudo, jefe de la Fuerza Terrestre, se celebró un pequeño ágape en el que varios mandos intermedios pudieron charlar con sus oficiales.Los militares se mostraron positivamente sorprendidos por la sinceridad de los términos utilizados durante el discurso ofrecido a los integrantes del relevo afgano. Se habló del “uso de las armas sólo cuando sean necesarias”. “Sabemos a los que vamos a Afganistán”, precisó Sañudo.Para los militares consultados por El Confidencial Digital, presentes en dicho acto, hablar tan abiertamente del “uso de las armas” en esta misión supone un “signo de valentía”.Se cuestionó, tanto al coronel Rosaleny como al teniente general Sañudo, sobre los términos utilizados. Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD aseguran que la respuesta fue igualmente directa “allí hay una guerra. Vamos a Afganistán a una guerra”, sentenció en privado Rosaleny.Quienes oyeron estas palabras dicen haberse sentido muy respaldados por ambos oficiales, ya que una de las cosas que más molestan a quienes se marchan a Afganistán es que se hable de su “misión humanitaria”, cuando es “evidente que allí mueren compañeros”, aseguran las fuentes consultadas.
Por fin empezamos a llamar a las cosas por su nombre
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