Veranos de los 60.De Andanzas y relatos
El comienzo de los veranos lo marcaban los alegres carteles de los circos que visitaban la ciudad. Vallas y paredes de edificios abandonados eran conquistados por las imágenes de leones, elefantes, trapecistas y payasos. Encima o al lado iban apareciendo los de la lucha libre que prometían emoción en las calurosas noches del verano.
Aunque lo que anunciaba el pleno verano era la colocación de las banderas rojas y gualdas en los Cantones. ¡Ya viene Franco!
Con Franco en la ciudad, los días que se acercaba al Náutico, aparecían abundantes hombres de traje, corbata y periódico en mano junto a las farolas de todo el recorrido. En más de una ocasión nos divertimos contándolos con disimulo, acompañados de la musiquilla de «Don Nicanor tocando el tambor» que nunca faltaba a la cita estival
Mi madre se quejaba que iba a subir todo en la plaza con tanto madrileño y mi padre decía »A ver cuántos cachalotes pesca esta año!».
DE LUCHA LIBRE Y BOXEO
El cartel es de una velada de Lucha Libre en 1960. Los nombres de los protagonistas todavía son recordados de vez en cuando en conversaciones de aquellos niños que los disfrutamos.
¡Qué noches! Acompañados de algún hermano mayor o de un padre ofrecido que ya en los tendidos de la vieja plaza de toros disfrutaba más que nosotros. ¡Qué espectáculo!.
Queríamos creernos el tongo, la simulación. La lucha del bien contra el mal estaba servida, al final el chico bueno salía victorioso o esperando la revancha de la siguiente velada. En el recuerdo para contar toda la semana, la silla rota en la cabeza de un luchador, el lanzamiento sobre los espectadores de las primeras filas del malo, malo…
DE CIRCOS
A partir de junio iban llegando a la ciudad poniendo las carpas en la Palloza o en la explanada de Riazor.
Con el Price Pinito del Oro, afamada trapecista que venía de circos de EEUU habiendo doblado a Gina Lollobrígida en la película «Trapecio «de Carol Reed. Su espectáculo lo hacía sin red, sufriendo graves accidentes.
Con el Atlas venían los hermanos Tonetti: El tonto y carablanca. De niño cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, me callaba. Tenía vergüenza de expresar mis verdaderos deseos. ¡Payaso!
No el payaso elegante, blanco y limpio. Yo quería ser el escacharrado, el medio andrajoso. Al final siempre salía victorioso en el enfrentamiento con el atildado hermano.
Eran dos, no se sus nombres. Cuando la tragedia de la muerte acabó con uno de ellos nunca supe si había sido el tonto o carablanca.
Gracias, eternas gracias por las carcajadas que provocabais.
Esforzándome bastante pueden salir otros nombres de trapecistas, funambulistas y payasos, de domadores de leones solo se uno ¡Ángel Cristo!
Hijo de contorsionista y trapecista su vida fue el circo. Recuerdo su actuación con el Berlín Zircus donde paseaba con un león en los hombros, cabalgaba sobre él rematando la función con la cabeza entre las fauces de la fiera.
Sufrió innumerables acometidas de las fieras teniendo una vida exhibida en portadas de revistas sensacionalistas y programas de televisión.
DE FUNÁMBULISTAS Y ESCALADORES
Los Aranis o los Bordini montaban su arriesgado espectáculo en la Plaza de María Pita. Admirábamos el valor de caminar sobre un alambre a ciegas o sobre una moto y sin red protectora. Seguíamos con emoción la lenta subida hasta llegar a la cúspide del Ayuntamiento. El público se congregaba abarrotando la plaza. Al final pasaban la gorra para recaudar unas monedas ya que el espectáculo era gratuito.
El Águila de Oviedo también visitó la ciudad en 1960. Llegaba a Coruña con la fama de haber escalado las catedrales de Burgos, León y unos días antes, la de Santiago.
Lo recuerdo pequeñito, enjuto, todo fibra. Desde el suelo ayudándose al principio con una cuerda para auparse a la pared del templo fue con sus manos pegadas a los salientes e impulsándose con los pies en cualquier resquicio escalando metro a metro hasta llegar a lo alto de la torre.
DE CARRERAS DE MOTOS
De las carreras que se realizaban entre el Obelisco y la Palloza queda el olor a gasolina y el ruido de aquellas motos donde montaban arriesgados motoristas que demostraban su valor en un circuito urbano. Buscando la seguridad de espectadores y motoristas estas pruebas se prohibieron.
DE ROMERIAS
En el monte de Santa Margarita al final de agosto el personal se reunía alrededor de las empanadas, sardinas, pulpo, tortillas y entre las mesas y los manteles acondicionados en el suelo las familias disfrutaba al son de las gaitas animándose a bailar en un ambiente de alegría. Era la despedida de las fiestas.
DE ATLETISMO
En agosto de 1964 se celebran en el Estadio de Riazor los Mundiales Militares de atletismo. Fueron cuatro días donde se disfrutó con los triunfos de atletas españoles como Salgado, Sánchez Paraíso, Ángel Calle o Felipe Areta.
La jornada de clausura se celebró de noche inaugurando la iluminación del estadio.
DE REGATAS DE TRAINERAS
Desde el Náutico el dictador presenciaba la prueba de los aguerridos hombres del norte. Vascos, cántabros, asturianos y los de la casa luchaban por el triunfo en las aguas del puerto.
DE TEATRO Y MÚSICA
Guardo muy buen recuerdo del teatro y zarzuelas que vi a finales de los sesenta dentro de la programación de Festivales de España. Acudía a la Plaza de María Pita a las semiesferas que estaban allí para estos espectáculos.
También quiero expresar mi cariño al comisario -organizador de aquellos eventos y de los festivales de música y ópera Luis Iglesias de Souza. Qué gran obra hizo este hombre.
DE FERIALES
Desde la Tómbola de Caridad con sus opciones a sorteos de bicicletas, que permanecían todo el verano desafiantes en la plataforma superior ante la mirada envidiosa de la chavalería, íbamos a la búsqueda de las postalillas para completar el álbum que también te hacia acreedor a participar en el sorteo de una bicicleta. Deambulábamos entre los compradores de sobrecillos de la suerte con la mil veces repetida pregunta “¿si no le toca me la da?”.
El Palacio de los Espejos era un espectáculo siempre. Si había dinero entraba toda la pandilla a ver quien salía antes sin tropezar con la mampara cristal y si no había, desde fuera contemplábamos como los de dentro se daban algún porrazo o su imposibilidad de salir del laberinto.
¡Arriba la bolita, ha empezado la carrera! El altavoz retumbaba en el Gran Derby, y sobre el panel se veía la evolución de la desafiante carrera con premio de unos tofes de la Viuda de Solano al ganador.
Y mucho más: los tiros al blanco, las pelotas y los agujeros, las manzanas caramelizadas, los algodones dulces, los churreros…
¡Cuánto disfrutamos, y que bellos recuerdos!
DE FUTBOL
Desde 1945 el trofeo Teresa Herrera ha sido constante su presencia en los veranos. El primer campeón fue el Sevilla tras vencer al Atlétic de Bilbao.
Lo verdaderamente espectacular fue el trofeo que conquistó el Depor al vencer al Benfica en el año 1962.
Durante los años 60 pasaron por Riazor equipos de la categoría del Sporting de Lisboa, Atlético de Madrid, Vasco de Gama… que dieron animadas jornadas a la afición que llenaba el estadio.
DE VERBENAS
La música de sus verbenas la oía yo desde casa, pocas veces fui, el baile no entraba en mis diversiones. Tengo una hermana que no se perdía una, iba acompañada de mis padres. La piqueta acabó con el viejo Leirón y la música enmudeció en las noches veraniegas de Juan Flórez.
DE TOROS
Hubo unos años que había afición, de hecho los toros era como lo importante en lo que llamaban la Semana Grande de las fiestas.
DE FALLAS Y FUEGOS
La quema de la falla y los fuegos atraía a multitud de gente a la plaza de María Pita.
DE CARTELES
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