martes, 20 de diciembre de 2022

El modernismo de Gustav klimt, sensualidad a flor de piel. Por Susana del Pino.


Gustav klimt

«Gustave Klimt sentía una gran atracción por las mujeres, gran fuente de inspiración para él, ellas constituyen lo más conocido de su obra»

A finales del siglo XIX, surge en Europa un movimiento artístico con la idea de crear un arte nuevo que rompiera con los estilos establecidos como el academicismo o el impresionismo.

La nueva corriente, conocida en España e Iberoamérica como Modernismo, se desarrollará en toda Europa adoptando diferentes nombres según el país, como Art Nouveau en Francia y Bélgica, Modern Style en el mundo anglosajón, Jungstil en Alemania, Liberty Style o Floreale en Italia o Sezession en Austria.

España, tras la crisis moral originada por la pérdida de las colonias de Ultramar, reflejada en la obra de los escritores de la Generación del 98, artísticamente se abrió a nuevas corrientes extranjeras, entre ellas el Modernismo que tuvo una gran representación en Cataluña y en ciudades como Melilla, de la mano del arquitecto Enrique Nieto (1883-1954) discípulo de Antonio Gaudí (1852-1926).

Esta nueva estética afectaría no solo a pintura, escultura o arquitectura, sino también a artes decorativas, diseño de muebles o joyas, espacios y mobiliario urbano como La Estación de Metro Karlsplatz en Viena o El Parque Güel en Barcelona diseñado por Gaudí, y artes gráficas, campo éste muy favorecido e impulsado por las nuevas técnicas que se habían desarrollado tras la Revolución Industrial y que habían permitido una producción a mayor escala de carteles publicitarios o revistas que tendrían una gran difusión. Jules Cheret (1836-1932) y Ramón Casas (1866-1932) serán dos de los cartelistas más significativos de este periodo en los que la figura de la mujer será el tema principal, bien para anunciar cabarets como el de Folies Bergêre en París de Cheret, jabones, perfumes, etc… o Anís del Mono de Casas, quien siendo pintor, más adelante se dedicaría más ampliamente a plasmar su arte en los carteles publicitarios.

Aunque en cada país surjan peculiaridades distintas, las características serán comunes en cuanto a temática, concepción y forma, siendo la naturaleza la principal fuente de inspiración de este movimiento que se manifestará en todas las artes y que conseguirá provocar un deleite para los sentidos. Animales y plantas se representan con formas ondulantes que se entrelazan con formas geométricas, esto será algo significativo de este nuevo lenguaje artístico.

En general el nuevo estilo Art Nouveau va tomando forma y tiene su origen por un lado en movimientos como Arts and Crafts en Reino Unido impulsado por John Ruskin (1819-1900) y William Morris (1834-1896), quienes querían revalorizar la producción artesanal frente a las nuevas técnicas que habían surgido tras la era industrial; por otro lado, el Modernismo quería desligarse de las limitaciones que imponían los estilos academicistas, hay un gran deseo de innovar, de libertad de expresión, de nuevas formas, de ahí la afición por el arte oriental y las estampas japonesas, muy inspiradas en la naturaleza, que influirá sobre todo en las artes decorativas. Los materiales como vidrio, madera, cerámica o hierro, serán utilizados de forma diferente dotando de originalidad a las obras de este nuevo estilo. El arquitecto Eugène Viollet-Le-Duc (1814-1879) con gran interés en reconstruir conjuntos arquitectónicos medievales, influirá también en la formación de esta nueva concepción del arte.

Homenaje a la obra Judith de Gustave Klimt

En pintura, el Modernismo supone una renovación artística en cuanto a formas y a cómo concebir la realidad en que vivimos. La idea de progreso es fundamental, el progreso para crear el futuro, un futuro que ha de basarse en nuevas normas.

En este sentido es inevitable mencionar a una de las más bellas capitales europeas: Viena. En la capital austríaca, la pintura del nuevo estilo fue tan importante como la arquitectura. Los pintores de la Sezession Vienesa (Sezessionstil), nombre de este movimiento modernista en Austria, tenían como objetivo la renovación artística antes mencionada en contra de lo que suponía la producción industrial. Gustav Klimt ( 1862-1918) fue miembro fundador y ocupó el cargo de primer presidente.

Fue el más conocido de los pintores austríacos de esta corriente. Desde pequeño sintió afición por el arte y se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Viena. Trabajó junto a su hermano Ernst y su amigo Franz Matsch (1861-1942), realizando en la maravillosa escalinata del Kunsthistorisches Museum de Viena (Museo de Historia del Arte) las distintas etapas de la historia del arte para lo que utilizaron figuras simbólicas, sin embargo éste sería el último trabajo junto a ellos ya que en pocos años su relación se deterioró, su estilo empieza a separarse del academicismo y no volvieron a trabajar juntos. Es entonces cuando su estilo se orienta hacia el simbolismo. Tras la muerte de su hermano Ernst su obra empieza a tomar un nuevo rumbo.

En 1894 realiza los frescos para el Aula Magna de la Universidad de Viena en los que aborda tres temas, Filosofía, Medicina y Jurisprudencia, estas obras causaron un gran descontento entre los profesores universitarios e incluso a algunos representantes del gobierno que no estaban de acuerdo con su obra y la criticaron duramente. Ante esto Klimt, cansado de las críticas y lleno de rabia decide recuperar las obras y venderlas, sin embargo en la Segunda Guerra Mundial serán destruidas por el ejército alemán. Tan solo quedan de ellas dibujos y fotografías.

Peces dorados

Su mejor manera de responder a quienes lo atacan es pintando, como ocurre con su obra Peces dorados en la que una figura de mujer mira hacia el espectador con sarcasmo. Ante tantas críticas el pintor austríaco afirma tajantemente que no está dispuesto a depender del Estado y que renunciaba a todo. Es entonces cuando también renuncia a la Sezession Vienesa y se vincula a los Talleres de Koloman Moser (1868-1918) y Josef Hoffman (1870-1956) trabajando con ambos en el Friso del Palacio Stoclet en Bruselas donde reconocemos la influencia de su padre que trabajó como orfebre.

Sus viajes por Europa le proporcionaron una clara visión sobre el arte, quedó impresionado por los mosaicos bizantinos de la ciudad de Rávena (Italia), lo que unido a esa influencia del trabajo paterno contribuirá a dotar a sus obras de esas tonalidades doradas tan identificativas y personales. Como afirmó el propio pintor “Cuando pinto, uno de mis mayores sentimientos de placer es la conciencia de que estoy creando oro”-

Otra de sus obras espectaculares es El Friso de Beethoven, inspirado en la interpretación que Richard Wagner (1813-1883) hizo de la novena sinfonía y en el Himno de la Alegría de Friedrich Schiller (1759-1805).

Klimt sentía una gran atracción por las mujeres, gran fuente de inspiración para él, ellas constituyen lo más conocido de su obra. Las representa sensuales, delicadas y enigmáticas. Figuras como Danae llenas de erotismo y sexualidad que son claves en su obra. Retrató a mujeres de la alta sociedad y tuvo relaciones con muchas de ellas.

Danae

Algunas de las obras más conocidas son los retratos de Adele Bloch- Bauer, representando a Judith, Gertha Loew, Zserena Lederer, Möda Primavesi y Fritza Riedler entre otras. Emilie Flöge fue su compañera sentimental y la modelo para el cuadro de El Beso en el que Klimt retrata a la mujer arropada por el hombre. Él, que pintó a la mujer sin reparo, en actitud provocadora, desnuda, embarazada, en posiciones osadas y sin tapujos supo transmitir sentimiento, pasión, deseo y también desesperación en su búsqueda constante de explicar la existencia humana.

Criticado por una parte de la sociedad, para muchos fue un pintor que provocó el escándalo. Hombre de carácter y fuerte personalidad tenía una actitud clara sobre lo que quería crear, sin importarle nada más. Como dijo en una ocasión sobre su obra: “Para mí la clave no está en saber a cuántos le ha gustado, sino a quién le ha gustado”.

 

Gustav Klimt y Emilie Flöge

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