domingo, 6 de marzo de 2022

¿Cómo era físicamente Julio César? Mónica Artigas.

 

Sábado 19 de febrero de 2022
Mónica Artigas
Mónica Artigas
Subdirectora de Área NG

¿Cómo era físicamente Julio César?

Imaginemos un arqueólogo sumergido en las aguas del Ródano. Bucea buscando restos romanos, tal vez sin grandes expectativas, cuando inesperadamente sale nadando a la superficie aguantando como puede un impresionante y pesado busto de mármol. Desde la orilla, el director del equipo se acerca a ver la pieza, ojos abiertos como platos, y en lo que podría ser un sketch propio de los Monty Python, grita estupefacto: “Putain, mais c’est Cesar” (¡Joder, pero si es César!). A los pocos días, este busto blanco de un apuesto César pasa a la historia, a la prensa, a los sellos de correos de Francia, al museo de Arlés donde se erige como su pieza más preciada, a los móviles y a las redes sociales donde los visitantes del museo cuelgan sus selfies con el conquistador de las Galias

Con esta escena -pero con otras palabras y mejor narrativa- arranca la trepidante historia que firma la famosa escritora Mary Beard en el número de febrero de National Geographic. Aunque es un tema breve -cuatro páginas, no más- es un relato sobre arqueología plagado de anécdotas donde la famosa profesora de Clásicas de la Universidad de Cambridge repasa todos los rostros que el carismático dictador ha tenido a lo largo de los años, mientras se pregunta qué hay de verdad y qué de leyenda en cada uno. ¿Refleja ese busto encontrado en el Ródano su cara real? ¿Son aquellas monedas de plata que se acuñaron justo antes de su asesinato las que verdaderamente dibujaron su cara? Si así fuera, Julio César sería más bien huesudo, con profundas ojeras, cuello largo, nariz afilada y luciría siempre una corona de laurel colocada estratégicamente para disimular su calvicie. ¿Sí? ¿No? Mary Beard responde con su entusiasmo habitual en este artículo. Totalmente recomendable divertirse leyéndolo.

Esta es una de las curiosas y amenas historias que ofrece este mes National Geographic, pero hay otra que, sin dejar el mundo submarino, aunque desde otra disciplina, nos sorprende y admira. Es la de los peces cíclidos. Unas 250 especies de ellos conviven en el lago Tanganica, que se encuentra justo en la frontera entre África central y oriental. Los cíclidos pueden ser grandes como un niño de tres años o pequeños como un dedo meñique. Se adaptan a este lago desde hace 9,7 millones de años y desarrollan comportamientos fascinantes. Por ejemplo, hay hembras de peces cíclidos que, para atraer a los machos, buscan obsesivamente una concha vacía -algo que no abunda en el lago- y así ofrecen un apañado nidito de amor para la pareja, como dictan las leyes de su especie. Una vez conseguida, la concha es defendida por los machos, que pueden liarse a mordiscos con quien decida quitársela.

Cada número de National Geographic es un viaje por el mundo pero nuestro pequeño recorrido acuático de hoy recala en el delta del Mekong, que aparece en otro artículo de la revista. Este río, que fluye por seis países distintos a lo largo de 4.300 kilómetros, es el segundo con mayor biodiversidad del mundo solo por detrás del Amazonas. Nada menos que 20.000 especies de plantas, siendo los nenúfares las más míticas. Con esta maravilla que nos regala flores bellas y que hunde sus raíces hasta cuatro o cinco metros, regresamos al agua. 

¡Hasta la semana que viene!

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