«Barbara Hendricks nació en una época en la que una mujer negra no podía ni soñar con tener los mismos derechos que la mayoría blanca»
La vida de Barbara Hendricks (Arkansas, EE UU, 1948) no ha sido un camino de rosas. Nació en una época en la que una mujer negra no podía ni soñar con tener los mismos derechos que la mayoría norteamericana blanca, que segregaba a la población afroamericana en todos los aspectos de la comunidad. Pero las dificultades de encontrarse en la Norteamérica más retrógrada no le impidieron estudiar Matemáticas y Química en la Universidad de Nebraska, donde se graduó a los 20 años. Después de sus estudios universitarios llegaría la Julliard School en Nueva York, una de las escuelas de artes más prestigiosas del mundo, donde estudió canto bajo la tutela de la mezzosoprano Jennie Tourel y participando en las clases magistrales de Maria Callas, aprendiendo también más sobre música clásica y otros sonidos contemporáneos como el jazz.
Gracias a su talento y a su esfuerzo, pronto comenzó a cantar profesionalmente y actuar por Estados Unidos y Europa. Barbara Hendricks es una de las grandes voces de la actualidad, una de las cantantes líricas más reconocidas de su generación, capaz de cantar maravillosamente tanto a Mozart como a Puccini, Ellignton Duke, Schubert, Morricone o las canciones que estaba acostumbrada a escuchar en su infancia de la música espiritual negra.
Presente desde hace más de treinta años en todos los grandes teatros del mundo, siempre participa cuando se presenta la oportunidad de luchar contra las grandes injusticias del mundo. Uno de los motivos por la que se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, con el que se quiso galardonar tanto su carrera artística, como su defensa de los refugiados de todo el mundo, y su oposición a «la xenofobia, el antisemitismo y la intolerancia«.
Lejos de los clichés de la diva, esta mujer con su voz divina es una trotamundos insaciable, una activista decidida, una mujer de nuestro tiempo. Hoy he querido que puedan disfrutar de la familiaridad que tiene la soprano con el repertorio de los espirituales negros, un género del que la Hendricks hace una interpretación sentida, con autenticidad, y a la vez hecha con tanta elegancia, que a veces nos parece estar escuchando polifonía del Renacimiento. Es difícil pensar en otra versión del tema tradicional “Steal Away” que no sea la de Barbara Hendricks, un tema incluido en “Give Me Jesus Spirituals” Volume 2 con arreglos de Moses Hogan.
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