LUCIA MARTINEZ
«El OMNIPOTENTE e IMPLACABLE Poder del NOM. El triste final de quienes denuncian y desarticulan las redes de pederastia y otros desmanes de la Agenda Globalista»
La lista de figuras célebres de todos los ámbitos a nivel mundial, que valientemente y en el ejercicio de su profesión o por convicciones éticas han querido embarcarse en batallas contra los planes del demencial Nuevo Orden Mundial, sufriendo por ello consecuencias terribles es bastante extensa y no se limita al ámbito del COVID. Les hablaré hoy solo de los casos más famosos de los que han tenido lugar este año en EEUU, protagonizados por una actriz, una congresista y sus dos ayudantes y un periodista de investigación.
Quizás recuerden el macabro e increíble vídeo, propio de una película de terror, que circuló el pasado agosto en el que como apreciarán, se ve a unos bomberos americanos empujando una camilla con un cadáver amortajado y sujeto con correas y como el mismo, se incorpora y lucha por huir. No era una toma de una película como se creyó adivinar en un principio, sino un suceso muy real que documentaba hechos de una enorme gravedad.
Esa persona no era otra que la célebre y galardonada actriz hollywodiense de cine, televisión y teatro, realizadora, escenógrafa y locutora norteamericana, Anne Heche. Una de las figuras artisticas más versátiles y brillantes de las últimas décadas a juicio de la crítica y el público. Tras ser «trasladada» ese fatídico 5 de agosto a una clínica, fue desconectada seis días después del respirador al que se encontraba unida, al considerar la ley en California la muerte cerebral como un fallecimiento a todos los efectos. Las presuntas lesiones que alegaron que había sufrido, eran quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo y fractura de esternón. El programa de televisión ET afirmó, por el contrario, que fue debido a un traumatismo craneoencefálico. En su corta estancia en el centro hospitalario se anunció que su estado se había estabilizado y no corría peligro, para afirmar inexplicablemente justo después, el día 8, que había ingresado en la UCI. No se permitió que fuese vista en ningún momento. Extrajeron sus órganos inmediatamente después, lo que descartó completamente la posibilidad de una futura autopsia.
La reconstrucción de las horas y días previos a ese trágico y controvertido accidente arrojan múltiples sospechas, por mucho que los medios de comunicación no independientes se empeñasen en culparla a ella. Unos días antes, un patrocinador del Podcast en el que trabajaba envió al programa vodka y vino blanco y pidió que Heche y su compañera, la locutora Heather Duffy degustaran ambas bebidas durante la emisión para promocionarlas. Pero fue grabado y salió al aire el mismo día del accidente, por lo que se dió por hecho que conducía al salir de los estudios de grabación, bajo los efectos del alcohol, que era además la primera versión que dieron las autoridades. Posteriormente se supo que en su organismo no había evidencias de la ingesta de sustancia alguna que pudiese haber provocado el choque. Se había dirigido además veinte minutos antes, a una tienda de pelucas de Venice Beach, donde compró una pelirroja que insistió en llevarse en el momento, a pesar que no estaba acabada. El propietario del comercio aseguró que estaba completamente sobria y se comportó de manera muy natural.
Nada más salir, emprendió sin embargo, lo que parecía una huída pero que expertos de los que les hablaré más adelante achacan a que su coche estaba siendo manejado de forma remota, colisionando primero contra el garaje de una urbanización de apartamentos y tras reemprender su camino, contra una casa cuya ocupante salió al jardín ilesa y sin haberse percatado de nada más de que había extraños en su jardín. 59 bomberos nada menos, se personaron en el lugar para apagar el fuego que presumiblemente se desató como consecuencia del impacto.
¿Qué podría haber motivado un asesinato así? A pesar de su exitosa carrera, Anne arrastraba un pasado de brutales abusos sexuales en su infancia en el seno de una familia marginal, perteneciente además a una secta fundamentalista cristiana. Su padre, Don Heche, según relató ella en sus Memorias del 2.001 tituladas «Llámenme Loca«, la violó durante toda su infancia, dando lugar a un estado de constante evasión psicológica a través de un mundo paralelo que creó para no perder la razón y no fue hasta los 31 años, cuando escribió ese libro, que consiguió cubrir esa primera etapa de su sanación emocional.
Pero aún le quedaba no obstante, un complejo y trascendental proyecto por acometer para dejar atrás sus tormentosas vivencias pasadas y sentir que todo el dolor sufrido había tenido un propósito, que no era otro que recopilar primero toda la información posible sobre las tramas de tráfico de menores operantes en Hollywood, con la de Jeffrey Einstein como principal objetivo. Hacer después una película que visibilizase ese sórdido mundo llamada «La Chica de la Habitación Número 13» y tras más de un año de intensa cooperación con la Congresista Republicana por el Estado de Indiana, Jacqueline R. Walorski, culminar la aprobación de un Proyecto de Ley llamado «Prevención, Intervención y Recuperación del Tráfico de Seres Humanos«. Así como publicar la segunda parte de sus Memorias, veintiún años más tarde, con el triunfante título esta vez de «Llámenme Cuerda«.
Su lanzamiento sigue aún previsto para enero de 2.023 pero con un más que previsiblemente mutilado en su mayor parte manuscrito ya que sus únicos herederos, sus dos hijos, de veinte y trece años respectivamente, se verán obligados a ceder los derechos de sus obras, ante la demanda de casi 2 millones de dólares que la propietaria de la casa contra la que se empotró su vehículo ha interpuesto. Considerando que la inquilina que la ocupaba en ese momento, Lynn Michele, no sufrió daño alguno e hizo una recogida de fondos con la que ganó solo en el primer día 45.000 $, para resarcirse de las pérdidas materiales y que tras la desconexión y consiguiente muerte de Heche el día 11, las autoridades locales se negaron a seguir investigando el accidente y no se podrá probar su culpabilidad, dicha reclamación es sin duda un abuso de derecho concebido para impedir toda investigación sobre su chirriante e insólito deceso y para alterar el contenido de sus inminentes nuevas Memorias. Que de recoger como se prevee, el resultado de sus investigaciones harían sin duda caer a Biden, las principales agencias gubernamentales de seguridad e inteligencia y no pocas personalidades de las élites del NOM.Para aquellos que aún duden, déjenme decirles que se da además la circunstancia, que la parlamentaria con la estuvo colaborando a tal fin falleció junto con sus dos asistentes, solo dos días antes del accidente de Anne, el 3 de agosto, en una vez más un inverosimil siniestro de circulación en el que primero se culpó a la conductora del otro vehículo implicado que invadió la mediana y el carril contrario, para cambiar luego radicalmente de versión a pesar de las pruebas y el testimonio de una testigo presencial y pasar a culpar al todoterreno de la diputada.
Jackie R. Walorski siempre fue desde su primera elección en el 2.005, años antes de saltar en el 2.013 a la política nacional, el terror del partido demócrata. Llevaba sus iniciativas u oposición a las de sus adversarios políticos al Tribunal Supremo de ser necesario, logrando así sus objetivos, siempre lesivos para los intereses del partido azul. Entre sus logros cabe destacar, la obligatoriedad de votar en Indiana con documentación provista de fotografía y emitida por el Gobierno que luego se hizo extensible a otros estados, la prohibición de abortar en las últimas fases del embarazo, el veto a la legalización de la marihuana, la aprobación del veto temporal de Trump a la emisión de visados para 7 países árabes y su negativa a certificar la victoria de Biden tras el pucherazo que dio, por nombrar solo unos cuantos. Pero nada tan devastador para el Estado Profundo o la Ciénaga como la denominó el anterior presidente, como lo que se proponía hacer junto con Heche: desmantelar y encausar a todos los participantes en las redes de pederastia a lo largo y ancho de EEUU, que cuentan con ramificaciones internacionales. Lídes en las que ya era una experta por haberlas llevado a cabo en Rumanía, durante su etapa como misionera cristiana allí y que le valieron incluso el reconocimiento del gobierno de ese país. Walorski era temida y respetada a partes iguales incluso por el propio Biden, a pesar de hallarse en las antípodas de él y se dice que el haber ordenado su asesinato, le persigue aún hasta el punto que en alguno de sus momentos de enajenación durante las ruedas de prensa, ha llegado a llamarla.
El método más utilizado para desembarazarse de todos estos molestos opositores y denunciantes en los últimos años se usó ya en tiempos de Obama, quizás antes, con el periodista Michael Hastings y no es otro que el control remoto de los vehículos de sus objetivos a través de un dispositivo llamado QNX, operado por la Sección de Sistemas Integrados de la CIA, del que ya se habló en las filtraciones de WikiLeaks.
Otras fuentes más recientes, como un informe SVQ de la Inteligencia Rusa en el que se mencionan las muertes de las propias Heche y Walorski, el conocido Podcast X22 Report, artículos de prestigiosos medios como el Washington Post sobre el hackeo de vehículos y declaraciones de Expertos en Seguridad Automovilista, aseguran que si el coche está operado por un ordenador es hasta fácil hacerlo y no dejan por tanto lugar a dudas.
Otros como James Gordon Meek parece que han tenido más suerte. Meek es un reconocido escritor y narrador estadounidense de 53 años, con una brillante y premiada trayectoria como periodista de investigación, enfocada principalmente al sector de la seguridad nacional y las Fuerzas Armadas, que trabajaba como productor para la cadena ABC News hasta abril del 2022, en que abruptamente dimitió y desapareció de la faz de la tierra durante seis meses. Y todo ello, escasas semanas antes de recibir en mayo un importante galardón por su último trabajo, un documental en el que se desvelaban las verdaderas razones del aparentemente inexplicable y bochornoso repliegue de los EEUU y por consiguiente de sus aliados occidentales de Afganistán. Se encontraba además, escribiendo junto con el Teniente Coronel retirado de los Boinas Verdes, Scott Mann, un libro llamado «La Operación Piña Express. La Increíble Historia de un Grupo de Americanos que decidieron cumplir con honor una promesa hecha en Afganistán» cuando se puso en contacto con el militar visiblemente afectado pocos días antes de volatilizarse en el aire, para comunicarle que por graves problemas personales debía abandonar el proyecto.
Probablemente, de no haber sido porque los vecinos del penthouse que posee en Arlington, Virginia que descubrieron la fuerte presencia en la zona de una comitiva de vehículos con agentes federales, que se llevaron a Meek tras un sorpresivo registro en el mismo y dieron la voz de alarma a sus compañeros de la prensa, no podría contarlo a día de hoy. Nada menos que medio año sin dar señales de vida ha transcurrido, con todo el país preguntándose si habría sido asesinado y sin pasar a disposición judicial, ni ser siquiera imputado, lo cual es algo que parece que tras liberarlo se proponen hacer en breve. Las únicas declaraciones hechas por el FBI respecto al caso son, que creían que tenía información clasificada en algunos de sus dispositivos electrónicos, lo cual es probable y absurdo como motivo de su secuestro al mismo tiempo, porque como han señalado sus colegas de profesión y su abogado Eugene Gorokhov, se dedica precisamente a escribir, de forma totalmente legal, sobre negligencias e irregularidades de la Admjnistración. Lo más espeluznante es que según las Nuevas Directrices del Departamento de Justicia modificadas en el 2021, la Fiscal General Adjunta, Lisa Monaco, no tendría ni siquiera que haber firmado la autorización para que se pusiese en marcha la operación destinada a su captura, larga retención ilegal y quién sabe qué más.
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